Hace tanto tiempo que no logro recordar qué año fue. Lo que sí tengo claro es que estábamos en primavera cuando vinieron dos hermanitos a mi tienda de golosinas. Era una niña de unos ocho años y su hermano de cinco. Ambos llevaban una moneda en la mano y una gran sonrisa, pues su padre les había dado ese premio por haber terminado sus deberes.
Pronto les tocó su turno, y comenzaron a preguntar cuánto valía esto y aquello. La niña llevaba una libreta donde apuntaba el valor de las diferentes golosinas. Cuando terminaron de preguntar, me dieron las gracias y se salieron fuera de la tienda.
Fue muy curioso, pues ambos se sentaron en un banco en frente del escaparate. Ambos discutían sin parar. La niña decía el nombre de una chuche y un número. El niño decía otros números y su hermana los copiaba, decía otro número, y seguían así. El tiempo pasaba y tenía que cerrar, cuando los dos hermanos volvieron. Habían estado haciendo sumas y restas para ver cuántas chucherías se podían comprar, para llevarlas a una fiesta de cumpleaños que tenían al día siguiente en un parque de bolas.
FIN
GVM
Esta chulo muy chulo pero te has equivocado en una
ResponderEliminarpalabra
Solucionado.
ResponderEliminarBueno, y ¿éste cuento de quién es? Teneis que firmar con el nombre del autor. Es muy educativo, porque hay niños que piensan que las matemáticas son un rollo y no las estudian, pero ¿sabéis lo que les pasa de mayores?, pues que como no saben hacer cuentas cuando llegan a comprar o les falta dinero o "los engañan" que es peor.
ResponderEliminarUn beso para los dos.
COSICAS